Lo primero a tener en cuenta antes de modelar un objeto, cualquiera que sea el medio, es entender que todo tiene un volumen, y que dentro de un simple cubo existen miles de posibilidades a crear.

Hacer mi propio busto fue al principio un desafío. No entendía completamente como era mi cara. Luego de un estudio detallado y observación meticulosa, me di cuenta de todas las curvas, relieves, espacios planos y de vacío. Fue redescubrirme. Más allá de lo que creía en mi cabeza, fue crear una imagen fiel y digna de cómo lucia en ese entonces.

Con la arcilla modele el siguiente autorretrato:

El siguiente paso fue hacer un molde de yeso del busto y decidir con qué material llenaría este. Probé con un material plástico que fue fallido por su inconsistencia. Luego experimente con una especie de pasta reciclada que también fallo. Entonces decidí que debía ser con un material resistente, que era algo que me representaba mejor. Algo fuerte que perdurara.

Por temas de forja escogí el Estaño, que es un metal más manejable, ya que, su fundición requiere menos calor. El resultado fue muy espontáneo, inesperado y muy hermoso. El material conservo el momento en el que escurría por el yeso. 

El resultado fue el siguiente:

En la imagen se pueden apreciar los vacíos y el peso del material. Tiene aire y es solido a la vez. El resultado fue muy hermoso. 

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